Eva habla con Dios
― Señor y creador mío.
― Buenos días Eva ¿qué quieres?
― Tengo un problema.
― ¿De qué se trata?
― Que conste que te estoy muy agradecida por haberme creado y puesto en este fantástico hábitat. Los animales son preciosos y la culebra graciosísima…, pero no soy feliz.
― ¿Cómo es eso?
― Me siento muy sola y estoy harta de manzanas.
― En ese caso tengo una solución. Voy a crear un hombre para ti.
― ¿Y qué es un hombre?
― Se parecerá a ti pero con algunos defectos: tendrá tendencias agresivas, será muy egoísta, a veces te hará feliz pero no será capaz de simpatizar y escucharte como es debido. Te creará problemas, pero será un poco más musculoso, grande y rápido que tú. Necesitará tus consejos. Se le dará muy bien luchar y jugar con una pelota…
― No está mal.
― Entonces será tuyo, pero con una condición.
― ¿Cuál es la condición?
― Que no se te ocurra decirle que a ti te creé primero.
* El titular del globo no se hace responsable del contenido antropológico de estas historias.
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