Nunca insultes a nadie: haz como yo; pero si no puedes evitarlo,
- No llames memo, idiota o bobo a tu prójimo. Nadie es tonto adrede. Lo comprobarás con los años, cuando la vejez te dé sabiduría y ternura, pero también te convierta en un estúpido.
- No utilices comparaciones zoológicas para insultar a tus semejantes. Burro, gorila, víbora, hiena o cotorra parecen imágenes eficaces, pero los animales pueden sentirse ofendidos si los confrontas con determinadas personas.
- Hay elogios que, en realidad, son insultos enmascarados. Por ejemplo, el que me dedicó hace un par de años un sobrino impertinente: “tú, tío, de cabeza estás bien”.
- Los insultos compuestos de dos substantivos (a un famoso entrenador lo llamaron “cara corner”) casi siempre son irreproducibles por obscenos. Empléalos sólo si son originales e ingeniosos: las copias apestan.
- Los llamados “insultos interrogativos” (“¿es usted idiota?”, etc.) son especialmente peligrosos. Son ofensas-boomerang, ya que el interrogado puede tener a mano una respuesta que te deje fuera de combate.
(continuará)
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