Unamujer de cuarenta años sufrió un ataque al corazón y fue hospitalizada de urgencia.
Mientras la operaban tuvo una experiencia preternatural. Vio a Dios y le preguntó:
―¿Ha llegado mi hora?
―Aún no ―respondió el Señor―;te quedan otros cuarenta años, dos meses y ocho días”.
Tan contenta se quedó con la respuesta que, en cuanto salió del hospital, decidió hacerse un estiramiento facial, una liposucción y una abdominoplastia. Con tanto tiempo de vida por delante, valía la pena hacerse unos retoques.
Mala suerte: nada más recuperada de la última operación de cirugía estética, al cruzar la calle la pilló una ambulancia, murió y se encontró de nuevo ante Dios.
―¿No me dijiste que tenía otros cuarenta años de vida? ―le preguntó― ¿Por qué no impediste que me atropellara la ambulancia?
Dios le respondió:
―Chica, ¡es que no te reconocí!
0 comments:
Post a Comment