Siempre es noticia la nieve, aunque sea tan escasa como la que ha caído esta madrugada en Molinoviejo. Sobre las ramas secas de los árboles y sobre cada hoja del jardín hacen equilibrios los copos recién llegados. Si soplara un poco la brisa se vendrían abajo; pero el aire está en calma; contiene el aliento para no estropear la estampa blanca de la mañana.
La nieve es un manto de silencio. No se la oye venir salvo porque los pájaros dejan de cantar. Salgo al jardín y recuerdo aquel poema de Juan Ramón: “Dios está azul…” Hoy Dios ha empezado a vestirse de blanco. Y yo, en el segundo día del curso de retiro, debo hablar del Cielo y de esperanza.
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