Saqué esta foto a las siete y media de la mañana. Como veis, la librería puso todo su interés en la organización del acto.
El gran Javier Aranguren hizo lo posible por lanzarme a la fama. Imposible mejorar su disertación. Me sacó los colores. Yo estuve nervioso. No es fácil hablar de uno mismo en público. Los asistentes, escasos pero selectos. Firmé una veintena de ejemplares y terminamos con un vino de rioja y unas almendras.
Nada de jamón, que es viernes de Cuaresma.
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