He empezado a hacer la maleta, una pequeña maleta de ida y vuelta con lo imprescindible para día y medio. Esta noche se desplomarán los termómetros y mañana volveremos a ver la nieve en el jardín.
―¿Estás seguro, colega?
―Completamente. Me lo han dicho los pájaros de la madrugada.
Cuando tenía 16 años lo más emocionante de los viajes era la víspera. Cuando cumplí 25, el vértigo de la velocidad. A los 50, los paisajes: viajar era vivir, y vivir era contemplar. A los 60, el sueño del viajero es la meta. A los 70 uno siempre espera que suspendan el viaje.
―¿Y a los 80?
―Que el chofer me despierte al llegar.
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