Estasociedad del bienestar frustrado; justiciera, reivindicativa y quejumbrosa, debería meditar una breve oración que repetimos los cristianos cada día en la Santa Misa:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna. Amén
Yo no me atrevo a pedir más. ¿Y tú?
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